“En el Cusco siempre hay juergas y son las mejores, hay súper discotecas, hay gringas guapas donde vayas y es súper tranquilo, nunca te va pasar nada”. Lamento decirlo, pero el Cusco era así, ya no lo es.
Hasta hace unos 3 años podías caminar por la plaza de armas y alrededores sin ningún problema, te cruzabas con turistas, con gente conocida, con dealers que te ofrecían todo tipo de drogas y con eventuales borrachos. Ahora caminar por la plaza y alrededores es un problema, te sigues cruzando con turistas, con gente conocida, con dealers que te ofrecen drogas innovadoras, con borrachos belicosos y siempre con pirañas, vándalos y desadaptados, que suelen llevar gruesas hebillas en sus correas porque son las armas que utilizan para sus estúpidas peleas, que se repiten constantemente. También si caminas entre las 11: 45 pm y la 1 am verás como las esquinas de la plaza de armas se llenan de basura, los perros callejeros hacen de las suyas y los jaladores paletean a desafortunadas turistas.
Por el descuido que sufre el centro histórico del Cusco no me sorprendió encontrarme con este bello ejemplar del mundo animal, que me hace recordar a las autoridades cusqueñas. Triste realidad.
Muchos se preguntarán ¿Y qué hay con las discotecas? Bueno las discotecas parecen el penal Lurigancho por el hacinamiento. Hay tantas personas que no puedes dar dos pasos sin recibir gotas de sudor de mínimo 10 personas (muchos de ellos menores de edad), pisotones, empujones y algún eventual robo. ¿Esos locales no tienen un aforo? ¿Qué hace defensa civil al respecto? ¿Las personas no tienen la mínima consciencia de lo que es la prevención? ¿Se producirá un futuro desastre como Utopía? Esperemos que no.
La indolencia de las autoridades cusqueñas llegó a un punto que resulta obsceno. El principal destino turístico del Perú dejado al abandono por sus autoridades solo muestra la incapacidad de las personas a quién elegimos. Si alguna autoridad lee esto por azares del destino, que vea dónde va su hijo y las condiciones de estos lugares. Escribo con conocimiento de causa y con la indignación de ver, cada vez que regreso a Cusco, la destrucción paulatina del misticismo y de la gran magia de mi querida ciudad. Doy un consejo a la colectividad cusqueña y a sus autoridades: Respétense y luego respeten a los demás. Así se acabaran las calles llenas de desperdicios orgánicos, inorgánicos y humanos, las discotecas hacinadas, los menores de edad borrachos tirados en cualquier recoveco y los pirañas. Yo también fui a discotecas cuando era menor de edad y también me emborraché en ellas y no me pasó nada, pero eso está mal. Hay que ser conscientes de eso.
Bonus track.
Los puentes que hicieron a lo largo de la Av. La cultura son un insulto al buen gusto y una destrucción de la hermosa vista de la que antes podíamos gozar. Además, puentes ineficientes que pasadas las 6 pm son el lugar perfecto para que ladrones y carteristas hagan de las suyas.
Continuaremos despotricando…
tienes tanta razón.
ResponderEliminara las 2 am. los pirañas se pelan en la plaza de armas.
hay como 5 policías y un patrullero y nadie hace nada.
que mal no? Una ciudad tan pequeña con tantos problemas. Alguien esta haciendo las cosas mal.
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