miércoles, 9 de marzo de 2011

IGV al 18%, sí pero no así



Por: Nief Abgar C.Z.

La aprobación del proyecto de ley que planteaba la reducción del IGV ha desatado la polémica entre expertos y académicos del país, sobretodo por el momento en el que se plantea, el final del periodo de gobierno y las posibles pretensiones del Presidente de la República para tentar una reelección el año 2016.

La medida se ha justificado por la previsión del incremento de los precios, sobre todo de los alimentos, generada por una posible crisis alimentaria ocasionada por las sequias -consecuencia del calentamiento global- y un incremento en el precio del petróleo –por la inestabilidad en países productores como Libia; de esta manera el estado busca, mediante una política fiscal restrictiva, disminuir los costos tributarios de los empresarios y se refleje en una disminución en los precios en general.

Para analizar mejor este tema es necesario conocer cual es la importancia de este impuesto en nuestra economía, se calcula que el IGV representa el 9.5% del PBI; mientras que para el 2010 el IGV ha representado el 48.6% del total de ingresos del Estado. En este sentido es sumamente considerable su importancia dentro de la economía de nuestro país, pues su reducción se calcula –de acuerdo con diferentes analistas- generará una disminución en la recaudación tributaria de aproximadamente 1,800 millones de nuevos soles, por lo que la suma que se dejaría de recaudar no es para nada despreciable.

También se estima que un incremento en el 5% del PBI durante el 2011 podría compensar la pérdida ocasionada por la reducción del IGV, sin embargo, tan solo se estaría igualando la recaudación correspondiente al 2010, mientras que lo óptimo sería superarla. El Marco Macroeconómico Multianual para el periodo 2011-2013 calcula déficits fiscales hasta el año 2013, año en el que podríamos llegar a tener superávit fiscal, sin embargo esta proyección no considera la reducción del IGV, por lo que es probable que arrastremos déficits fiscales hasta el año 2015.

Por otro lado, a principios de la década de 1980, el economista Arthur Laffer explica que si las tasas de impuesto se ubican por encima del nivel óptimo su disminución progresiva ocasionaría un incremento de la recaudación tributaria, sin embargo este caso no ocurriría necesariamente en nuestro país, el alto nivel de evasión y la poca cultura tributaria en la población no generarían que más empresas ingresen a la legalidad y comiencen a tributar, para ello sería necesario acompañar la reducción de los impuestos con programas de formalización.

En consecuencia, la disminución del IGV es una medida poco seria, pues no podría cumplir el papel esperado de compensación del incremento de precios, a lo mucho podría atrasarla un poco, existen mecanismos más eficientes para conseguirlo; responde a cuestiones políticas que solamente consiguen trastocar las fuentes de financiamiento del presupuesto, ya aprobado, del estado para el 2011, disminuir el nivel de recaudación y violar la planificación fiscal establecida para los próximos años.

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