La estadística se ha dado muchas veces el lujo de segmentar nuestro país, en este caso, este escriba le dará un uso útil a esta ciencia aplicándola a nuestros principales candidatos presidenciales.
Para muchos, el que gastó en esta campaña debe ser Pedro Pablo Kuczynski, el candidato más forrado, le seguirían Alejandro Toledo, Luis Castañeda, Keiko Fujimori y finalmente Ollanta Humala. Sin embargo, la realidad es totalmente diferente.
Ollanta Humala es el que más ha invertido en esta justa electoral, la friolera de 8 millones de soles y pico, nada mal para alguien que “representa” al sector más necesitado de nuestro país. Seguramente el nacionalista ya no recuerda cuando estimó que tres millones de soles eran la cifra necesaria para llegar a la presidencia, cuando presentó su proyección de gastos al inicio de la campaña.
“El que puede, puede”, seguramente dirán los simpatizantes del militar en retiro, seguidores que son muy generosos, cabe resaltar. Los “bonos nacionalistas” han generado ingresos superiores al medio millón de nuevos soles. Lo sospechoso es que estos no pueden ser fiscalizados, ya que son pagados al contado y no por depósitos bancarios como estipuló en Jurado Nacional de Elecciones (JNE). El resto de aportes son tan poco fiscalizables como la venta de caramelos en combis.
Alejandro Toledo tampoco se inhibió en lo que gasto se refiere, si bien no iguala al célebre “Capitán Carlos”, seis millones y medio de soles de inversión están a un nivel parecido a lo que Keiko Fujimori empleó, 150 mil soles menos que el natural de Cabana. Por su parte, PPK quedó relegado con cuatro millones y medio fajados.
¿Qué pasó? Humala está con los pobres y como un magnate. Qué conveniente puede ser la política para algunos... ¿Se lustrará las botas con petróleo venezolano?
Se viene la segunda vuelta entre los que gastaron más, en la vida no hay coincidencias.
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